Cómo Incluir la Educación Emocional en la Rutina Diaria: Consejos para Padres y educadores

La educación emocional no es una asignatura más: es una herramienta esencial para la vida. Desde que los niños son pequeños, están aprendiendo a reconocer, expresar y regular lo que sienten. Incluir la educación emocional en las rutinas diarias no requiere grandes esfuerzos ni materiales costosos. Solo hace falta intención, presencia y constancia.

En este artículo te compartimos formas simples de integrar la educación emocional al día a día, ya sea en casa o en la sala de clases.

¿Por qué es importante educar las emociones desde pequeños?

Los niños que desarrollan habilidades emocionales:

  • Se comunican mejor.
  • Tienen mayor autoestima.
  • Resuelven conflictos de forma más pacífica.
  • Aprenden a autorregularse.
  • Construyen relaciones más saludables.

La infancia es la etapa ideal para sembrar estas bases. Y la buena noticia es que se puede hacer desde las rutinas más cotidianas.

Momentos para poder incluir educación emocional

1. Durante la rutina de la mañana

Idea: Al despertar, invítalos a reconocer cómo se sienten.
Ejemplo: “¿Cómo amaneciste hoy? ¿Con energía, con sueño, contento, enojado…?”

Usa tarjetas con caritas emocionales o crea un “termómetro emocional” que puedan señalar con el dedo.

2. A la hora de comer

Idea: Aprovecha para hablar sobre emociones del día.
Ejemplo: “¿Qué fue lo que más te gustó hoy? ¿Hubo algo que te molestó?”

Compartir emociones durante la comida refuerza la confianza y la comunicación.

3. En el juego libre

Idea: Usa muñecos o personajes para dramatizar situaciones y hablar de emociones.
Ejemplo: “Mira, este osito está triste porque su amigo no quiso jugar. ¿Qué crees que podríamos hacer?”

El juego es una forma natural para los niños de procesar y expresar lo que sienten.

4. Al leer cuentos

Idea: Haz pausas para hablar sobre lo que sienten los personajes.
Ejemplo: “¿Por qué crees que el conejito se enojó? ¿Te ha pasado algo parecido?”

Cuentos sobre emociones ayudan a los niños a ponerle nombre a lo que sienten.

5. Antes de dormir

Idea: Hacer un repaso emocional del día.
Ejemplo: “Hoy me sentí feliz cuando jugamos juntos. ¿Y tú? ¿Qué emoción quieres soltar antes de dormir?”

Esta rutina promueve la autorreflexión y cierra el día con contención emocional.

Actividades sencillas para reforzar el aprendizaje emocional

  • El frasco de la calma: Ideal para momentos de frustración o rabia.
  • El rincón emocional: Un espacio con libros, caritas, peluches y tarjetas para explorar emociones.
  • El dado de las emociones: Con dibujos de distintas emociones para jugar e imaginar situaciones.
  • Afirmaciones positivas: Repetir frases como “soy valiente”, “puedo equivocarme y aprender”.

La clave no está en hacer grandes discursos, sino en acompañar con empatía y modelar. Si tú nombras tus emociones, pides disculpas cuando te equivocas y muestras cómo calmarte, ellos aprenderán haciendo lo mismo.

La educación emocional no se enseña en una sola clase, se vive cada día, en cada abrazo, cada límite, con cariño, cada conversación en la cocina o el camino al jardín. Sembrar conciencia emocional desde la infancia transforma vidas. Y empieza por nosotros.

¿Te gustaría un recurso descargable con actividades para trabajar emociones cada día? ¡Déjalo en los comentarios o escríbenos y lo preparamos para ti!

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