La activación física en los niños no solo es esencial para su salud física, sino que también tiene un impacto directo en su concentración y rendimiento académico. Incorporar pequeñas rutinas de ejercicio durante el día puede marcar una gran diferencia en cómo los niños se enfocan y procesan la información en clase. En este artículo, exploraremos algunas técnicas sencillas para preparar una mini rutina de activación física, así como estudios que respaldan su importancia en el ámbito escolar.
La ciencia detrás de la actividad física y la concentración
Diversos estudios han demostrado que el movimiento físico no solo mejora la salud física de los niños, sino que también aumenta la función cognitiva, la memoria y la atención. Un estudio realizado por la Universidad de Illinois encontró que los niños que realizan ejercicio físico tienen un mejor rendimiento en tareas que requieren concentración y resolución de problemas. Además, la investigación de la Universidad de Michigan sugiere que las pausas cortas de actividad física durante el día escolar aumentan la capacidad de los niños para concentrarse y retener información.
Estas investigaciones muestran que no se necesitan largos períodos de ejercicio; pequeñas dosis de actividad física pueden ser suficientes para mejorar la atención y el rendimiento académico.
¿Qué es una mini rutina de activación física?
Una mini rutina de activación física consiste en una serie de movimientos rápidos y sencillos, diseñados para activar el cuerpo y el cerebro. Estas rutinas pueden durar entre 5 y 10 minutos y son ideales para hacer en casa antes de ir al colegio o incluso durante breves pausas en el aula.
Estas rutinas incluyen ejercicios aeróbicos de bajo impacto, estiramientos, movimientos de coordinación y respiración, que ayudan a los niños a liberar energía acumulada, mejorar su circulación y estimular su concentración.
Beneficios de una mini rutina de activación física
Antes de entrar en las técnicas, es importante resaltar algunos beneficios de realizar estos pequeños ejercicios:
- Aumento de la oxigenación al cerebro: El movimiento mejora el flujo sanguíneo al cerebro, lo que ayuda a que los niños estén más alerta y preparados para concentrarse.
- Reducción del estrés y la ansiedad: La actividad física ayuda a reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y aumenta las endorfinas, mejorando el estado de ánimo y la disposición al aprendizaje.
- Desarrollo de habilidades motoras: A través del ejercicio, los niños mejoran su coordinación, equilibrio y fuerza, lo que también les ayuda a estar más enfocados.
- Mejora del estado de ánimo: Estudios han demostrado que la actividad física incrementa la producción de neurotransmisores como la dopamina y serotonina, que están relacionados con un mejor estado de ánimo y mayor motivación.
Técnicas para preparar una mini rutina de activación física
A continuación, te presentamos algunas técnicas sencillas para crear una rutina que puedas realizar con los niños en cualquier momento del día.
1. Estiramientos dinámicos
Iniciar la rutina con estiramientos dinámicos ayuda a preparar los músculos y articulaciones. Además, el movimiento de los brazos y las piernas mejora la circulación.
- Ejercicio 1: Círculos de brazos: Con los brazos extendidos, realiza pequeños círculos hacia adelante durante 30 segundos, y luego cambia hacia atrás por otros 30 segundos.
- Ejercicio 2: Saltos de estrella (jumping jacks): Pide a los niños que salten separando brazos y piernas a la vez, como formando una estrella. Repite por 30 segundos.
2. Movimientos aeróbicos
El ejercicio aeróbico ligero es ideal para activar el cuerpo y aumentar el ritmo cardíaco, preparando el cerebro para la concentración.
- Ejercicio 3: Carrera en el lugar: Pide a los niños que corran en el lugar durante 30 segundos, elevando las rodillas lo más alto posible.
- Ejercicio 4: Salto de cuerda (imaginario o real): Haz que los niños salten una cuerda imaginaria durante 1 minuto, asegurándose de mantener el ritmo.
3. Movimientos de coordinación
La coordinación entre el cuerpo y la mente ayuda a mejorar la concentración. Estos ejercicios activan ambos hemisferios cerebrales.
- Ejercicio 5: Toques cruzados: Pide a los niños que toquen su rodilla derecha con el codo izquierdo y luego cambien, repitiendo el movimiento alternado durante 1 minuto.
- Ejercicio 6: Toque de pies opuestos: De pie, levanta la pierna derecha y toca el pie derecho con la mano izquierda, luego repite con la otra pierna.
4. Respiración consciente
Finalizar la rutina con ejercicios de respiración es crucial para calmar el cuerpo y la mente, dejándolos en un estado de relajación y concentración.
- Ejercicio 7: Respiración profunda: Enseña a los niños a inhalar profundamente por la nariz durante 4 segundos, mantener la respiración por 2 segundos y luego exhalar lentamente por la boca durante 6 segundos. Repite por 1 minuto.
5. Movimientos de equilibrio
Los ejercicios de equilibrio no solo activan el cuerpo, sino que también requieren una gran concentración.
- Ejercicio 8: El árbol: Pide a los niños que se paren sobre una pierna, con los brazos extendidos hacia arriba, e intenten mantener el equilibrio durante 30 segundos. Cambia de pierna.
Cómo implementar la rutina en casa o en la escuela
Es importante que la mini rutina se integre de manera natural y divertida en el día a día de los niños. Aquí te damos algunos consejos para implementarla con éxito:
- Hazla divertida: Usa música o juegos para hacer que la rutina sea una parte esperada y entretenida del día.
- Sé consistente: Realiza la rutina a la misma hora todos los días. Por ejemplo, antes de ir a la escuela o antes de una clase importante.
- Involucra a los niños en el proceso: Deja que los niños elijan algunos de los ejercicios o los tiempos para que se sientan parte de la rutina.
- Ajusta según las necesidades: Si notas que los niños están muy inquietos, puedes agregar más ejercicios aeróbicos; si necesitan más calma, enfócate en la respiración y el equilibrio.
Incorporar una mini rutina de activación física en la vida diaria de los niños puede tener un impacto profundo en su capacidad para concentrarse y aprender en el aula. Los estudios respaldan la importancia del movimiento físico para mejorar la memoria, la atención y el rendimiento académico, por lo que pequeños ejercicios diarios no solo benefician su salud física, sino también su rendimiento escolar.
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