Cómo Manejar una Crisis en Niños: Estrategias para Padres y Educadores

Enfrentar una crisis, ya sea emocional o circunstancial, puede ser abrumador tanto para los niños como para los adultos que los rodean. Los niños, especialmente aquellos en sus primeros años de vida, no siempre saben cómo procesar o expresar lo que sienten ante situaciones de estrés o angustia, lo que puede llevar a explosiones emocionales o retraimiento. Es fundamental que los adultos a su alrededor sepan cómo manejar estas situaciones con sensibilidad y cuidado, para ayudar a los niños a superar la crisis de manera saludable.

Entendemos lo importante que es proporcionar a los padres y educadores, herramientas efectivas para gestionar estos momentos críticos. A continuación, presentamos algunas estrategias clave para manejar una crisis en los niños.

1. Mantén la calma

El primer paso para manejar una crisis en un niño es que el adulto mantenga la calma. Los niños son altamente sensibles a las emociones de los adultos y, si perciben ansiedad o enojo, es probable que se sientan aún más angustiados. Respira profundamente y asegúrate de transmitir tranquilidad y control, para que el niño sienta que está en un entorno seguro.

Consejo: Si sientes que tu nivel de estrés está alto, tómate unos segundos para respirar profundamente o salir del ambiente si es necesario, antes de intentar calmar al niño.

2. Valida sus emociones

Es importante que el niño sienta que sus emociones son escuchadas y validadas, sin importar si parecen irracionales o exageradas. Decirle cosas como “sé que te sientes muy enojado ahora” o “parece que estás asustado por lo que está pasando” ayuda al niño a identificar lo que está sintiendo y a sentirse comprendido. Evita minimizar o descartar sus emociones con frases como «no es para tanto» o «no llores».

Consejo: Usa frases empáticas como «Entiendo que esto es difícil para ti» o «Es normal sentirte así cuando algo te preocupa.»

3. Ofrece seguridad y cercanía

Los niños necesitan sentir que están protegidos y que no están solos en los momentos de crisis. Proporciona un ambiente seguro tanto física como emocionalmente, ofreciéndole abrazos, una mano en el hombro o simplemente estando presente. El contacto físico, cuando el niño lo permite, puede ser una gran fuente de consuelo.

Consejo: Asegúrate de que el espacio donde el niño se encuentre sea tranquilo, sin ruidos altos ni distracciones innecesarias, para ayudarle a sentirse seguro y protegido.

4. Habla con calma y utiliza un lenguaje simple

Durante una crisis, los niños pueden sentirse abrumados y confusos. Para ayudarlos a entender lo que está pasando y cómo pueden superarlo, es esencial usar un lenguaje claro y simple. Habla despacio, usa frases cortas y evita palabras complejas o demasiadas instrucciones a la vez.

Consejo: Usa frases como «Estamos aquí para ayudarte» o «Vamos a resolver esto juntos». Esto les proporciona claridad y un sentido de apoyo.

5. Ayuda a identificar y nombrar sus emociones

Los niños a menudo tienen dificultades para comprender y verbalizar lo que están sintiendo, especialmente en medio de una crisis. Ayúdalos a poner nombre a sus emociones, como tristeza, enojo, miedo o frustración. Esto no solo les ayudará a entender sus propios sentimientos, sino que también les proporcionará un sentido de control.

Consejo: Puedes decir cosas como: “Parece que te sientes frustrado porque no puedes hacer lo que querías. ¿Es así?”.

6. Establece límites claros, pero con empatía

Es importante establecer límites claros, incluso durante una crisis, pero hazlo con empatía. Si el niño está actuando de manera inapropiada (gritando, golpeando, arrojando objetos), explícales que ese comportamiento no es aceptable, pero ofréceles alternativas saludables para expresar sus emociones.

Consejo: «No está bien gritar, pero puedes decirme lo que te molesta con palabras» o «Sé que estás enojado, pero no podemos golpear. Vamos a buscar una solución juntos.»

7. Ofrece opciones para que el niño recupere el control

Cuando los niños están en crisis, pueden sentir que han perdido el control de la situación. Una forma de ayudarlos a calmarse es ofrecerles opciones limitadas, lo que les permite recuperar una sensación de control. Esto puede ser tan simple como permitirles elegir entre dos alternativas de acción o decisiones que sean apropiadas para la situación.

Consejo: Pregunta cosas como «¿Prefieres calmarte aquí conmigo o en tu habitación?» o «¿Te gustaría hablar de lo que pasó o prefieres dibujar tus sentimientos primero?».

8. Ayúdales a respirar y relajarse

Técnicas de respiración profunda o relajación pueden ser herramientas muy útiles para que los niños manejen sus emociones durante una crisis. Enséñales a tomar respiraciones largas y profundas o, si son pequeños, usa imágenes visuales como «respira como si estuvieras inflando un globo». Esto les ayuda a calmar su sistema nervioso y les proporciona una técnica que pueden usar en futuras situaciones.

Consejo: Realiza la respiración junto con el niño, marcando el ritmo para que sea más fácil seguir.

9. Permite tiempo para la recuperación

Después de una crisis, los niños pueden necesitar tiempo para procesar lo que ha sucedido y calmarse completamente. No esperes que vuelvan a su estado normal de inmediato. Brinda tiempo para la recuperación emocional, permite que se relajen con actividades tranquilas como leer un libro, dibujar o simplemente estar en silencio.

Consejo: No apresures la resolución de la situación. Permite que el niño te diga cuándo está listo para hablar o para continuar con su día.

10. Busca ayuda profesional si es necesario

Algunas crisis pueden ser demasiado abrumadoras para manejar por completo en casa o en la escuela. Si el niño ha estado enfrentando crisis emocionales recurrentes o si la situación es especialmente traumática, considera buscar la ayuda de un profesional, como un psicólogo infantil o consejero, que pueda proporcionar apoyo adicional y estrategias de manejo a largo plazo.

Manejar una crisis en un niño puede ser un desafío, pero con las estrategias adecuadas, es posible ayudar al niño a superar el momento de angustia y aprender valiosas lecciones sobre cómo gestionar sus emociones en el futuro. En EducAli, creemos que la clave está en la paciencia, la empatía y el apoyo constante. Al crear un ambiente seguro y brindar herramientas para la autorregulación emocional, podemos guiar a los niños en su camino hacia el bienestar emocional.

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