El colecho, la práctica de dormir cerca o junto a los niños, es un tema ampliamente debatido entre padres, educadores y profesionales de la salud. Esta decisión puede influir tanto en el desarrollo emocional de los niños como en la dinámica familiar. En esta entrada, exploraremos los beneficios y recomendaciones del colecho, basándonos en investigaciones recientes para ayudarte a tomar una decisión informada.

¿Qué es el colecho?
El colecho incluye varias prácticas, como:
- Dormir en la misma cama con el bebé (colecho compartido).
- Colocar la cuna del bebé junto a la cama de los padres.
Es una práctica común en muchas culturas, aunque los enfoques y creencias sobre ella varían.
Beneficios del colecho
- Promueve el vínculo afectivo:
Según un estudio publicado en Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics, el colecho fortalece el vínculo emocional entre padres e hijos al fomentar el contacto físico y la seguridad emocional. - Facilita la lactancia materna:
Dormir cerca del bebé puede facilitar las tomas nocturnas, promoviendo una lactancia exitosa y un mayor tiempo de duración. - Regula los ritmos del sueño del bebé:
Los bebés que duermen cerca de sus padres suelen tener ciclos de sueño más estables y menor riesgo de despertares nocturnos prolongados. - Reducción del estrés del bebé:
El contacto cercano ayuda a reducir los niveles de cortisol (hormona del estrés) en los bebés, creando un entorno más relajado para el descanso.
Riesgos del colecho
Aunque el colecho tiene beneficios, también conlleva riesgos que deben considerarse cuidadosamente:
- Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL):
Dormir en la misma cama que el bebé puede aumentar el riesgo de asfixia o SMSL, especialmente si se practica en condiciones inseguras. - Interrupciones en el sueño:
Algunos padres pueden experimentar interrupciones en su descanso debido a los movimientos o despertares del bebé. - Dependencia emocional:
Si se prolonga durante mucho tiempo, el colecho puede dificultar la transición del niño a dormir solo, aunque esto varía según cada caso.
Recomendaciones para un colecho seguro
Si decides practicar el colecho, aquí tienes algunas pautas basadas en estudios y recomendaciones de organizaciones como la Academia Americana de Pediatría (AAP):
- Evita compartir la cama en los primeros meses:
Opta por una cuna separada pero cercana a tu cama durante los primeros 6-12 meses. - Crea un entorno seguro:
- Usa un colchón firme.
- No uses almohadas, mantas gruesas o juguetes blandos en la cama.
- Asegúrate de que el bebé no pueda caer o quedar atrapado entre la cama y la pared.
- No practiques colecho si:
- Fumas o consumes alcohol.
- Estás extremadamente cansado.
- Estás tomando medicamentos que puedan afectar tu capacidad de respuesta.
- Transición gradual:
A medida que el niño crece, fomenta gradualmente su independencia para dormir en su propia cama.
Perspectivas culturales sobre el colecho
En culturas asiáticas, por ejemplo, el colecho es una práctica común y se asocia con un mayor sentido de unión familiar. En contraste, en culturas occidentales, suele promoverse la independencia del bebé desde una edad temprana.
Un estudio publicado en Sleep Medicine Reviews señala que el colecho, cuando se realiza de manera segura, puede ser beneficioso para la lactancia materna y el vínculo madre-bebé. Sin embargo, subraya la importancia de adaptar esta práctica a las necesidades y circunstancias de cada familia.
El colecho es una decisión personal que debe basarse en las necesidades del bebé y la familia, así como en información respaldada por investigaciones. Cuando se practica de manera segura, puede ser una herramienta valiosa para fortalecer el vínculo y el desarrollo emocional del niño.
¿Practicas o has practicado el colecho? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios y comparte este artículo con otros padres que puedan beneficiarse de esta información.